IEF9-016

60 años del IEF: Claudio Cappezzone, un todo terreno

Fue profesor durante más de 30 años e integró el Consejo Directivo en 16 temporadas.

Humanidad, respeto, amistad, compromiso social, comprender al que piensa distinto, considerar la diferencia, solidaridad, esfuerzo, trabajo. Todo eso tienen nuestros protagonistas de esta sección. Anónimos que lejos de buscar la fama, el poder o el dinero que marcan las constantes vitales de nuestra sociedad optaron desde la sombra por remar a favor de una comunidad que es una familia. Héroes que a lo largo de 60 años le dieron vida al Instituto De Educación Física Jorge Coll.

Claudio Cappezzone es sin duda un personaje de los últimos cincuenta años del deporte mendocino, destacado por sus éxitos a nivel local, nacional e internacional, pero también un hombre fundamental en la vida institucional de nuestra casa.
«Entré en el Instituto, primero, dando clases en el Instructorado de navegación a vela. Y después volví al profesorado. Estuve desde el 88 hasta el 2018. Fueron 30 años», nos cuenta Claudio con quien siempre es un placer hablar, compartir anécdotas y revivir momentos.
Un apasionado de todo lo que emprendió y sigue creando. Un estratega con memoria prodigiosa. «Estuve 16 años ininterrumpidos en el Consejo del Instituto. Uno tiene que involucrarse cuando defiende una idea. Integré un equipo que ha cambiado la vida del Instituto. Llegamos en el 2006 con Daniel Rodríguez, Luis Castillo, Julio Fischer, Raúl Brioude, Quargnolo. Un grupo que sigue haciendo crecer a nuestra institución», recuerda con cada detalle de aquellos momentos de elecciones. Y así como acumuló medallas con sus deportistas en las competencias, también asegura que nunca los equipos que integró perdieron una elección en el Instituto.
«Esta profesión (la del profe de Educación Física) es de sacrificio. Uno tiene que estar en permanente movimiento. No hay otra receta. Yo nunca me pude ir 15 días de vacaciones, porque siempre tenía algo que me lo impedía, y hasta he dormido vestido por falta de tiempo para cumplir todas las obligaciones, pero es lo que elegí y la verdad que me ha dado muchas satisfacciones.»
Su cabeza es una computadora. Recuerda datos, detalles, charlas, situaciones con alumnos, cómo así también con deportistas.
Aunque su nombre es sinónimo de la natación, dio clases en varias materias y se despidió del IEF como responsable de Formación Continua. «Tomé esa responsabilidad con muchas ganas. Hasta ese momento nadie terminaba su gestión ahí. Se armó un grupo muy lindo que sigue creciendo con Rodrigo Flores a la cabeza. El «Bochita», Mele Ruiz y Gustavo Elia era un equipo al que yo llamaba los «Moyano», es que los tres estaban un poco excedidos de peso», lanza con una sonrisa.
Recuerda que se recibió en plena dictadura militar (año 1978) con varios profes que fueron importantes en la educación física y el deporte mendocino…

A la hora de destacar a un alumno no duda un segundo. «Por su humildad, Nico Olmedo, ex jugador de Godoy Cruz», asevera.
Recuerda con orgullo cuando tuvieron que «rescatar» a los alumnos de San Rafael para que no perdieran el año. «Un instituto privado había cerrado y los chicos se quedaban colgados. Se nos pidió que hiciéramos algo y allá fuimos. Yo llegué a viajar 18 veces para dar clases y Danielon Rodríguez fue un día dos veces (mañana y tarde). Fue una linda tarea y que dio origen a la sede». Actitudes solidarias que están en el ADN de los profes de educación física y que muchas veces no trascienden. Porque los profes de educación física suelen ser aquellos que ponen plata de sus bolsillos para ayudar a sus alumnos o sus jugadores cuando están en los clubes. Es más, Claudio cuenta que muchas veces estando en Formación Continua «pagó más de una inscripción a un curso para que tuviera vigente».
Dice que nunca aspiró a un cargo en el Instituto, pero que hoy se arrepiente. «A mí el deporte me ha dado muchas cosas, muchos contactos. Siempre le decía a los profes que venían de otros deportes, que yo era más conocido y eso que había llegado de un deporte como la natación», saca chapa con su honestidad «brutal».
A la hora de postular a alguien para formar parte del grupo de nuestros 60 personajes, no duda ni un instante: «Susana Federici, era jefa de bedeles y una persona que siempre apoyaba a sus compañeros. Nos impulsaba a hacer cosas. Tenía una energía bárbara». (NdR: Susana falleció muy joven por una enfermedad terminal).
Recuerda que él apostó siempre por sus alumnas en una acción que llamaba «Madres superioras» y que es muy recordada por quienes acompañaron su paso por el IEF. «Yo veía a las alumnas que tenían algo especial en su personalidad y las sumaba cómo mis jefas de trabajo práctico».Quienes fueron sus colegas recuerdan también algunas frases que dejó patentadas.

-«El alumno tiene que tener capacidad de maniobra del conocimiento».
«Un profesor siempre tiene que estar en la trinchera. No sirve ser demasiado académico».
«Mové el cuello y sacudí alguna medalla».
Fue docente titular en varias asignaturas del Instituto en el profesorado, en las tecnicaturas y en el posgrado de 5º año con especialización en Educación Física.

Además de su paso por el IEF, fue preparador físico de rugby, tuvo a cargo la escuela provincial de fútbol. Forjó y, lo sigue haciendo, a los grandes campeones de natación de la provincia.
Una topadora que siempre va para adelante en cada cosa que encara en su vida. Un hombre que contagia y te hace crecer. Su familia también se dedicó a la educación física y el deporte. “Mi esposa, Gabriela Llera, ha sido presidente de la Federación Mendocina de Natación, fue la primera mujer que fue a la Selección Argentina de Natación. Tiene mucha experiencia como nadadora y como dirigente también”. Sus hijos Giuliano y Rosella son profesores de educación física recibidos en nuestra casa.
Un profesor que dejó su huella en nuestro instituto y no podía faltar dentro de los personajes.

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